La transición energética, según la visión del Gobierno y la Comisión Europea, con el objetivo de que a partir de 2050 ya no circulen vehículos que produzcan emisiones, afecta de lleno a un colectivo: el de las gasolineras, condenadas a desaparecer si no se reconvierten. Así el gas natural se plantea como una alternativa, menos contaminante, que podría triunfar en un estadio intermedio entre los combustibles actuales y una movilidad 100% descarbonizada.

Para Víctor Nebreda, de la patronal gasolinera AEESCAM, la posibilidad que plantea el Ejecutivo de instalar por obligación puntos de recarga eléctricos en las estaciones de servicio está “fuera de lugar”. Decía que como en cualquier negocio privado, cada empresario del sector debe “poder decidir en que invierte su dinero”. “En seis u ocho años no habrá clientes suficientes de coche eléctrico como para justificar esas inversiones”, aseguraba.

En este sentido ha explicado que es necesario hablar de una “transición energética” y que el Gobierno debería apostar por la “neutralidad tecnológica”. Según Nebreda, ”pensar que de repente todo el mundo va a tener un coche eléctrico es un poco utópico, no es posible”. Así, el gas natural, para la patronal gasolinera, “parece una buena solución intermedia”.

El principal problema aquí sería la inversión necesaria para desarrollar las infraestructuras. Montar un punto de repostaje de Gas Natural Licuado (GNL) costaría alrededor de 700.000 euros y uno de Gas Natural Comprimido (GNC) entre 100.000 y 200.000 euros. Según Víctor Nebreda, “el sector no pasa por un momento como para realizar inversiones de cientos de miles de euros sin saber los clientes que se van a tener o los plazos en los que se van a desarrollar”. Así pues, implementar las “gasineras”, para los gasolineros, queda en manos de las empresas gasistas.

Marta Margarit, secretaria general de Sedigas, una de las principales patronales gasista, aseguraba que en este momento se están proyectando 40 nuevos puntos surtidores de gas natural. “La inversión viene de la mano de la demanda”, decía, en un momento en que el parque móvil de vehículos que funcionan a gas natural no supera las 9.000 unidades en España.

En la actualidad hay unas 68 estaciones de servicio entre puntos de distribución de GNL y GNC, frente a los 2.000 puntos de recarga eléctricos, los casi 10.000 surtidores de gasolina y los casi 11.000 de gasóleo.
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