Los vehículos de combustión tienen los días contados. No sabemos todavía si son 4.000 u 8.000, pero seguro que dentro de 10.000 días (en 2045) no habrá muchos en circulación y seguro que no habrá ninguno en producción. El coche eléctrico ha venido para quedarse y parece que todo son ventajas.

¿Es así? Si obviamos que la movilidad es más limitada (no por la autonomía, que ya va mejorando, sino por el tiempo de recarga) parece que sí: trasladamos la contaminación de las ciudades a fuera de ellas y con el aumento de las energías renovables la contaminación baja sensiblemente. Pero no todo es color de rosa con el coche eléctrico, ni mucho menos. Un triunfo masivo y rápido del coche eléctrico acarrearía muchos problemas.

La electricidad
Aunque llevamos un tiempo viendo noticias que dicen que la red eléctrica española está preparada para el coche eléctrico, lo cierto es que haciendo unos cálculos simples vemos que no es cierto. En España hay aproximadamente 30 millones de coches en circulación. Si tenemos en cuenta que durante la noche se tienen que cargar todos para tener la batería llena al día siguiente y lo hacen de forma lenta (es decir, a 3 KW aproximadamente), necesitamos una capacidad de generación eléctrica nocturna de 90.000 MW.

Si vemos los datos de consumo y producción eléctrica en la actualidad se puede ver que por la noche estamos entorno a 20.000 MW y por el día hay picos cercanos a los 33.000 MW (el pico histórico ha sido 45.000 MW en 2007). Esto está bastante lejos de lo que producimos ahora.

Eso sí, hay que tener algunos factores. Primero, la capacidad de generación de España no es tan baja, tenemos un sistema sobredimensionado con capacidad de generar casi 100.000 MW. Por otro lado no todos los coches tienen que cargarse por la noche, sobre todo si las baterías aumentan su autonomía. Pero suponiendo que un tercio de los coches se carguen cada noche, la demanda nocturna subiría en 30.000 MW y a eso hay que sumar la demanda habitual, que en la zona de mínimos ronda los 20.000 MW. En dicha situación nos pondríamos en 50.000-60.000 MW, por encima del pico histórico de demanda de hace 11 años. Ahora bien, aunque puede parecer que la capacidad de producción es suficiente (España tiene una capacidad de generación de 100.000 MW) lo cierto es que incluso con los consumos actuales existen importaciones. Y esto es por varios motivos: las renovables no están funcionando siempre; algunas tecnologías son caras; e incluso las centrales convencionales tienen que parar de vez en cuando.

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