Estados Unidos está detectando un dramático aumento en su producción de gas y petróleo, por lo que para 2020, podría superar a los productores más importantes del mundo, como Rusia y Arabia Saudita, aseguró este martes un funcionario estadounidense citando un estudio.

"Algunas de las cifras impresionan", dijo Daniel Sullivan, comisionado del departamento de recursos naturales de Alaska, ante un panel de expertos durante el Foro Internacional Económico de las Américas en Montreal (Quebec, sureste de Canadá).

En el último cuatrimestre, Estados Unidos produjo seis millones de barriles de crudo convencional y no convencional por día, dijo Sullivan, quien añadió: "No habíamos hecho eso en 15 años".

Desde 2008, Estados Unidos registró un alza de 1,6 millones de barriles en su producción, y en 2011, registró el alza más importante de producción petrolera de todos los países que no forman parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), agregó.

Estas cifras contrastan con los cerca de 9,923 millones de barriles que produjo cotidianamente en marzo Arabia Saudita, el mayor productor de petróleo entre los miembros de la OPEP, así como a los 9,920 millones de barriles diarios de Rusia.

Sullivan dijo que la prestigiosa firma consultora PFC Energy estimó que para 2020, "Estados Unidos podría convertirse en el mayor productor de hidrocarburos (petróleo y gas) en el mundo, superando a Arabia Saudita y Rusia".

En noviembre, el gobierno del presidente Barack Obama propuso un nuevo plan de explotación de pozos de gas y petróleo en las costas del Golfo de México (sureste de EEUU) y Alaska (al noroeste de Canadá), así como en el Ártico, una zona sensible por temas de ecología.

Sullivan subrayó que el alza de la producción se traduciría en una mayor seguridad energética y el subsecuente crecimiento económico y creación de empleos, en un país en el que la mitad del déficit comercial se debe a las importaciones de crudo.

Sin embargo, el presidente del Consejo Mundial de Energía, Pierre Gadonneix, matizó el optimista panorama de Sullivan al subrayar que la crisis económica actual significa una menor demanda energética y al señalar que los precios del crudo se mantienen altos.