Un nuevo estudio realizado por ingenieros civiles del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, sobre carreteras de esa nación, pero extrapolable a las de otros países, demuestra que usando pavimentos más rígidos en las carreteras se podría reducir el consumo de combustible de los vehículos.

En el caso de Estados Unidos, ese ahorro llegaría al 3 por ciento, lo que supondría para esa nación un ahorro de 273 millones de barriles de petróleo por año, o 15.600 millones de dólares a los precios actuales del petróleo. Además, esto traería como resultado una disminución de 46,5 millones de toneladas en las emisiones anuales del dióxido de carbono (CO2) emitido a la atmósfera por los automóviles y otros vehículos del tráfico por carretera que usan motor de combustión.

Aplicar la misma estrategia a otras naciones también podría conducir a importantes ahorros económicos, así como beneficios para el medio ambiente.

El estudio es el primero que utiliza la modelación matemática en vez de los experimentos en la carretera, para predecir el efecto del pavimento en el consumo de combustible de los vehículos por toda la red estadounidense de carreteras.

Después de trabajar con modelos sobre las fuerzas físicas que se ponen en acción cuando un neumático de caucho rueda por encima del pavimento, los autores del estudio, Franz-Josef Ulm y Mehdi Akbarian, han llegado a la conclusión de que, debido a la forma en que se disipa la energía, se produce un efecto que hace que los neumáticos del vehículo avancen con más dificultad bajo ciertas condiciones, lo que incrementa el gasto de combustible.

El efecto es comparable al de la arena bajo los pies en una playa: Con cada paso, el pie apisona la arena desde el talón hacia los dedos, lo que requiere del peatón un mayor gasto de energía para caminar que si lo hiciera sobre una superficie dura.