Siento una enorme congoja al escribir este entrañable recuerdo a FERNANDO CASTAÑO, pues es imposible olvidar los años que hemos compartido juntos, no ya los problemas gremiales a todos los niveles Autonómico y Nacional, sino los sentimientos tanto familiares, humanos y de toda índole, que han ido jalonando los 41 años desde que nos conocimos.

FERNANDO, era una de esas personas que llevaba por bandera, los sentimientos, la amistad, la ayuda y la colaboración, que se le solicitase dejando incluso sus obligaciones personales; pero él tenía que intentar ayudar a todos; esto lo puedo asegurar porque he trabajado codo a codo con él, como digo durante muchos años.

Dios ha querido llevárselo a una edad, creo muy temprana, 74 años máxime porque FERNANDO no había tenido enfermedades graves que indicaran este fatal desenlace.

Este recuerdo se haría muy extenso evocando a FERNANDO como persona y como Presidente Honorario tanto de la Confederación Española como de nuestra Asociación; Honorario después de haber sido Presidente electo durante un largo periodo de tiempo. Cuando FERNANDO consideró que debía de dejar la Presidencia, lo hizo sin hacer ruido y por supuesto sin crear problemas, aunque en su día a día seguía colaborando en todo aquello para lo que se le requería.

No se trata de hablar bien de un extraordinario amigo porque ya no está entre nosotros, pero hay que dejar constancia de que le tocó presidir nuestro Sector en unos momentos muy difíciles que él supo hacerlos frente con dignidad y total dedicación e incluso le quedaba tiempo para atender los cargos por los que había sido designado en la Cámara de Comercio e Industria de Madrid desde los que defendía a nuestro Sector, y últimamente presidiendo la Asociación Nacional de Gestores creada a iniciativa suya.

Si analizásemos su dilatada vida empresarial en defensa de los intereses gremiales, pero lo que sí quisiera es dejar constancia expresa de que era una persona cortés, muy natural, a veces sarcástico, intuitivo, por supuesto inteligente, y por encima de todo buen padre y mejor amigo.

Siempre recordaremos a FERNANDO y personalmente tendré muy presente el día de su muerte, ya que de alguna manera, se nos rompió un poco el corazón cuando comprobamos que se marchaba de nuestro lado para siempre.

¡Descansa en paz, FERNANDO!