La petrolera británica BP sigue pagando la factura de la Deepwater Horizon, la petrolífera cuyo hundimiento, el 20 de abril de 2010, provocó la muerte de 11 trabajadores y la mayor marea negra de la Historia. Ayer esa factura subió en 3.535 millones de euros después de que BP llegara a un acuerdo con el Departamento de Justicia y asumiera 11 cargos de homicidio involuntario por negligencia, y tres más de obstrucción a la Justicia y violación de la legislación medioambiental.

La SEC -el regulador del mercado bursátil de EEUU- también ha participado en el proceso, dado que BP dijo que la fuga de crudo era sólo un 10% de sus dimensiones reales. La Derpwater Horizon vertió 800.000 toneladas de petróleo, el equivalente a 13 veces el Prestige, o suficiente crudo para llenar hasta el palco presidencial el Santiago Berbabéu.

Es la multa más grande que ha sido jamás impuesta a una empresa en EEUU, y eleva el coste total de la catástrofe para BP hasta 33.000 millones. Pero la pesadilla legal para BP dista de haber concluido. Dos supervisores de la Deepwater Horizon han sido acusados de negligencia criminal, y un alto cargo de la petrolera de ocultar información al Congreso. Además, en febrero comenzará otro juicio, esta vez civil, contra BP.

Pablo Pardo.