Hace ya meses que la Unión Europea había cambiado su discurso hacia los motores gasolina y diésel, lo que en un principio era una prohibición taxativa de la comercialización de este tipo de propulsores se ha convertido en una prohibición con muchos matices.

Pero la confirmación oficial de su cambio de planes ha llegado esta misma semana cuando en paralelo a la aprobación de la Euro 7 light que limita las emisiones de microplásticos de neumáticos y ferodos, la UE ha decidido dar la bienvenida oficialmente a los combustibles sintéticos.

Puede leer la noticia completa en EL DEBATE