Estamos viviendo un cambio de paradigma en la forma en que nos movemos. El transporte está evolucionando hacia una movilidad eléctrica. El coche eléctrico se ha colado en nuestras vidas, aunque solo sea por los numerosos anuncios que se emiten en televisión o por los puntos de recarga públicos que vemos instalarse en nuestras ciudades.

El vehículo eléctrico también se ha colado en nuestro vocabulario con conceptos que hasta hace poco no eran comunes: estación de recarga, carga en modo 3 o en modo 4, conector CCS o CHAdeMO, potencia de carga, etc. Otro término que ha llegado para quedarse es el de electrolinera.

El término electrolinera se ha formado, simplemente, por combinación de las palabras “eléctrica” y “gasolinera”. Se trata de una instalación en la vía pública para recargar las baterías de los vehículos eléctricos.

Hay que añadir un matiz: todas las electrolineras están formadas por puntos de recarga. Sin embargo, no todos los puntos de recarga son electrolineras. Por ejemplo, el punto de recarga doméstico que podemos instalar en nuestra plaza de garaje no entra en esta categoría.

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