Cuando sube el precio del barril de petróleo en el mercado internacional se extiende la sensación de que los precios de los carburantes se disparan. Llenar el depósito del coche se encarece repentinamente y parece que ese incremento es muy superior al que ocurre en el mercado. Sin embargo, no siempre es así. De hecho, la mayor parte de las veces no es así.

La evolución del precio del petróleo es mucho más volátil que la de los carburantes para vehículos. Eso significa que en fases bajistas, el crudo cae mucho más que los carburantes, pero en las épocas alcistas sube menos. En general, su comportamiento es mucho más estable y, en el largo plazo, tiende a beneficiar al consumidor. Esto no significa que en fases concretas el comportamiento de los carburantes sea peor que el precio del crudo en el mercado internacional, pero los datos muestran que, a lo largo de los años, es ligeramente beneficioso para los conductores.

Las tensiones geopolíticas en Oriente Medio han puesto un punto y a parte a este ciclo que se prolonga desde 2014 en el que se ha librado una batalla encubierta por la hegemonía

Esto es así porque la tendencia de fondo del precio del petróleo es alcista, lo que tiene sentido si se tiene en cuenta que el resto de bienes y servicios también suben. Como el precio de los carburantes suele ser más estable, el resultado es que sube menos en el largo plazo. Al menos, así ha sido desde el año 2006, primer ejercicio completo con los datos del Boletín Petrolero que elabora semanalmente la Comisión Europea.

La noticia completa de MARÍA IGARTUA El Confidencial.