El hidrógeno verde comienza a arrancar. La crisis del covid ha acelerado la transición hacia una economía descarbonizada y el hidrógeno renovable emerge como una de los acompañantes predilectos de las energías renovables. La Comisión Europea y el Gobierno español han lanzado en las últimas semanas sus hojas de ruta para descarbonizar con esta tecnología el transporte y la industria.

El hidrógeno renovable se produce en un proceso llamado electrolisis que rompe la molécula de agua en conexión con la energía eléctrica. El único residuo que produce es oxígeno, por lo que es un proceso completamente limpio si la energía que utiliza es renovable. Además, a diferencia de otras fuentes energéticas limpias, el hidrógeno tiene la capacidad de ser almacenado, lo que permite un mayor grado de gestionabilidad.

Lleva meses sonando como un elemento relevante en el futuro modelo energético, pero su despegue ha sido lento, principalmente por su precio y también por la falta de regulación sobre el almacenamiento que el Gobierno se ha comprometido a poner en marcha.

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