Las emisiones brutas de gases de efecto invernadero en España ascendieron el año pasado a 313,5 millones de toneladas de CO2 equivalente, lo que supone una reducción de un 6,2% respecto a 2018.

Ello fue así pese a ser un año hidrológico seco -con un descenso de la producción hidráulica del 27,6%- y en un contexto económico favorable -con un crecimiento del PIB del 2%-, de manera que hubo un desacoplamiento de las emisiones con respecto a la bonanza económica.

Así se recoge en el Avance del Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), vinculadas al cambio climático, correspondiente a 2019. El Gobierno envía anualmente estos datos preliminares a la Comisión Europea en cumplimiento de sus obligaciones de información, según informó este miércoles el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

"El proceso de descarbonización en España ya ha comenzado", indicó la vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en declaraciones facilitadas por su departamento.

Ribera destacó que la caída de las emisiones de CO2 durante el año pasado se produjo con crecimiento económico y recalcó que éste puede ser "sostenible". Además de la subida del PIB, indicó que en 2019 hubo una baja hidraulicidad.

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