Bruselas presenta hoy a votación su última propuesta para que los vehículos que circulan por la Unión Europea reduzcan sus emisiones contaminantes. El nuevo paquete de medidas busca endurecer los requisitos medioambientales: en caso de ser aprobada los fabricantes de coches de gasolina deberán instalar filtros similares a los que ya usan los vehículos diésel para impedir la emisión a la atmósfera de partículas nocivas consideradas cancerígenas.

La Comisión Europea no es partidaria de dar plazos largos para que las marcas se adapten y cree que tendrían que haber empezado a prepararse tiempo atrás. 'Deberían estar listas ya para fabricar vehículos capaces de emitir menos partículas contaminantes e introducir los filtros necesarios en coches de gasolina que ya usan los diésel. En asuntos de salud pública no hay tiempo que perder', señalan fuentes comunitarias.

Los fabricantes han mostrado públicamente su malestar por la celeridad que exige Bruselas para cumplir con los nuevos requisitos, dado que las normas empezarían a aplicarse en septiembre del próximo año. 'El problema que afrontamos es de tipo práctico: la incertidumbre regulatoria deja muy poco tiempo para implantar los cambios necesarios en la fabricación de vehículos, motores, tubos de escape y cadenas de montaje', lamentó Erik Jonnaert, secretario general de la ACEA, la asociación que agrupa a los fabricantes europeos.

El caso de los motores trucados por Volkswagen ha empujado a Bruselas a embarcarse en una batalla para devolver la credibilidad al sistema endureciendo los exámenes. 'El problema de la contaminación del aire es bien conocido y nuestra determinación es que las pruebas de emisiones sean cada vez más sólidas', explican fuentes europeas.