El Gobierno quiere acabar de un mazazo con el déficit de tarifa y para ello aprobará el denominado céntimo verde a los carburantes de forma contundente, ya que en el caso del gasóleo se plantea una tasa de 5,3 céntimos de euro por litro -un 2,3 por ciento sobre el precio actual- y para la gasolina de 4,6 céntimos -un 2,9 por ciento sobre el precio en estos momentos-.

El Ejecutivo de Mariano Rajoy quiere hacer una fuerte recaudación anual para lograr el objetivo de que en 2013 no haya déficit de tarifa y no se vuelva a incurrir en el mismo en los próximos años.

En la propuesta, si bien no se refleja una tasa para la bombona de butano, sí que se extiende para el gas natural, que será gravado con 3,6 céntimos por kilovatio/hora a través de la tarifa eléctrica, lo que supondrá un incremento del recibo. Para calcular estos tributos la referencia ha sido fijar la tonelada de CO2 en 20 euros, como pide Bruselas.

En esta hipótesis está trabajando conjuntamente el Ministerio de Hacienda, dirigido por Cristóbal Montoro, Industria y la Oficina Económica de Moncloa pero el Gobierno ha mostrado su preocupación por cómo afectará esta medida al consumo de hidrocarburos, si se tiene en cuenta que la demanda ha caído un 18 por ciento en gasolinas y en 12 por ciento en gasóleo en los últimos cuatro años. En cualquier caso, el Ejecutivo quiere justificar esta medida en la necesidad de hacer llegar señales medioambientales al consumidor de cara a cumplir con los objetivos de reducción de CO2. Por ello, si las empresas tendrán que pagar a partir de 2013 sus derechos de emisión, el Gobierno quiere que los sectores difusos, como es el transporte, también sufran una penalización a través de este impuesto que pretende parecerse a la Carbon Tax que ya utilizan algunos países de Europa.

Por su parte, Hacienda también trabaja en otra tasa: la de la producción eléctrica, que aún está por definir cómo afectará a cada una de las energías. La otra parte, se centra en un aumento del impuesto eléctrico que busca armonizar la disparidad de tasas regionales, tal y como adelantó 'elEconomista'.

Fuentes del sector explicaron que el departamento que dirige José Manuel Soria tiene abiertas diferentes líneas de trabajo a la espera de que se concreten los impuestos antes mencionados y la recaudación de los mismos. A partir de ahí se activarán otras medidas que afectarán a otros sectores, como las energías renovables.

Sin embargo, el céntimo verde será la medida más polémica de esta reforma y que afectará de forma directa ya no sólo a los consumidores, sino a las estaciones de servicio que han visto como sus ventas han bajado considerablemente, ya no sólo por la crisis, sino por el aumento del tramo autonómico del Impuesto sobre Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos (IVMDH), como es el céntimo sanitario. En concreto, gran parte de las comunidades autónomas han ido aprobando a lo largo del año este impuesto, que tiene un impacto en el precio medio español de 2 céntimos por litro.

A esto se suma el aumento de los impuestos especiales de la gasolina y del gasóleo en junio de 2009 (2,9 céntimos), así como el aumento del tipo de IVA del 16 al 18 por ciento a partir del 1 de julio de 2010.

Con todo, el efecto acumulado de todas estas subidas impositivas desde 2008 representa 10,3 céntimos por litro en la gasolina (un incremento del 18 por ciento) y de 9,2 céntimos por litro en el gasóleo (un alza del 20 por ciento).

La CE pide gravar el gasóleo
Sin embargo, el Gobierno está dispuesto a seguir las recomendaciones de Bruselas en los que a tributación de hidrocarburos se refiere. Además, la Comisión Europea ya ha advertido de que no debe obviar el gran desajuste del sector eléctrico que asciende a 24.000 millones, ya que en caso de que no se acote el problema se puede llegar a incluir como déficit público.

Para evitar esta situación, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) en su informe de propuestas para reformar el sector se decantó por gravar el gasóleo y la gasolina con una tasa de 7 céntimos de euro por litro con el objetivo de recaudar 2.000 millones anuales. La misma línea recomendó Bruselas en su informe sobre la economía española presentado a finales de mayo.

Desde la Asociación Española de Operadores Petrolíferos (AOP) aseguran que no existe ninguna justificación medioambiental para que se recargue un producto energético como los carburantes, para financiar otra forma de energía. Además, la patronal indica que el sector petrolero ya está realizando un importante esfuerzo para el cumplimiento de los objetivos de incorporación de energías renovables, a través de los biocarburantes.

Habrá que ver si el Ministerio de Hacienda consigue sacar adelante su propuesta porque las petroleras se oponen con uñas y dientes a cualquier tributación adicional que dañe de nuevo sus ventas pero la intención del Gobierno es eliminar las actuales subvenciones cruzadas.