por EL Mundo
Mazda vendió el año pasado 18.275 coches en España, un 20% más que en 2015. De ellos, el 54% estaban equipados con motor de gasolina. «Las versiones de gasolina van a continuar acelerando mientras que el declive del diésel se va a acentuar», afirma José María Terol, presidente y consejero delegado de la filial española.

Considera que el dieselgate no ha sido determinante en el cambio de tendencia pero sí un acelerador, al igual que las normas restrictivas para el acceso del diésel a los centros de las ciudades: «Se está siendo injusto con el diésel: los nuevos motores son muy eficientes».

Para Terol, la cuestión de la contaminación está en las emisiones. Parece de perogrullo pero no lo es. «¿Un híbrido enchufable de dos toneladas y media [Mazda no tendrá un modelo con esta tecnología hasta 2021] contamina menos que un utilitario diésel de una tonelada?», se pregunta.

«España necesita unos planes de incentivo positivos a los vehículos eficientes y negativos [mayor Impuesto de Circulación y mayor tasa a las transferencias de vehículos antiguos] para renovar un parque muy viejo. Lo único que le pido al Gobierno es que sea tecnológicamente neutral». Incluso que lo sea en los impuestos aplicados al tipo de carburante, dado que en España la gasolina es más cara que el diésel.

En este sentido explica que los motores de combustión perdurarán «bastante» todavía y que «ahora vamos de nuevo hacia los motores más grandes y atmosféricos».

Lo contrario a la tendencia downsizing aplicada por los grandes fabricantes de los últimos años basada en propulsores más pequeños unidos al turbo. «Esto nos da la razón, ya que en Mazda hemos apostado por motores grandes». Si bien Mazda acaba de lanzar un diésel pequeño de 1,5 litros, apuesta por los motores de 2 litros o más.