Las interconexiones con Francia a través de los Pirineos son, de momento, el único enlace con el sistema eléctrico europeo. Este punto crítico del sistema eléctrico peninsular juega un papel muy importante durante los episodios con alta producción eólica en la península ibérica, y jugará un papel aún más determinante en las próximas décadas con la transición energética y el aumento de las renovables.

Hace unos días se comentaba cómo las centrales de bombeo han aprovechado la variabilidad y la gran producción eólica de éstos últimos meses para almacenar y producir más electricidad, y el papel que las tecnologías de almacenamiento, como son las centrales hidroeléctricas reversibles, iban a jugar en la penetración de las renovables y la transición energética.

La producción eólica en España, al ser la tecnología renovable no gestionable con más MW instalados, es uno de los drivers principales de los precios de los mercados eléctricos. Durante episodios de eólica muy alta, esta tecnología puede llegar a cubrir hasta el 70% de la demanda. Esta capacidad de producción afecta a todo el sistema eléctrico, que en momentos con mucha producción eólica incrementa su exportación de energía hacia el resto de Europa a través de la interconexión con Francia.

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