El proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica marca objetivos muy ambiciosos para 2050. La neutralidad de emisiones de GEI supone apostar sin titubear por las energías renovables. La ley anuncia un nuevo marco retributivo a definir por el Gobierno que se basará en el sistema de las subastas de renovables, pero no reconoce el papel central que tendrá el hidrógeno verde como combustible del futuro y forma de almacenamiento de energía.

La ley de Cambio Climático y Transición Ecológica

El pasado 19 de mayo el Consejo de Ministros envió a las Cortes el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. Sobre este proyecto de ley, referido habitualmente simplemente como Ley de Cambio Climático o por sus siglas PLCCTE, ya se ha hablado y escrito mucho en las apenas dos semanas que han transcurrido desde entonces. Es una ley muy amplia y transversal que afecta a prácticamente cualquier actividad económica. Por ello, cada asociación empresarial o comercial, cada asociación de consumidores, cada representante de sector ha tenido ocasión de mostrar su acuerdo o desacuerdo con la propuesta de ley.

El objetivo de la ley es tremendamente ambicioso: que España sea neutra en emisiones en 2050. Es decir, que no podrá emitir más gases de efecto invernadero que los que el país pueda absorber. Para ello será necesario descarbonizar prácticamente toda actividad económica y todo aspecto de nuestras vidas. Un cambio radical en tan solo tres décadas. Puede parecer mucho tiempo, pero viendo cómo ha aumentado el consumo de energía en los últimos treinta años, el reto toma su auténtica dimensión.

La ley quiere aprovechar la recuperación de la crisis económica provocada por la pandemia de la COVID‑19 para enfocar el restablecimiento de la actividad económica hacia estos objetivos a largo plazo. La propuesta de ley tiene la intención de que esta transición ecológica sea justa y sostenible con un impacto positivo y de mejora en todos los aspectos de la sociedad, desde la vida laboral a la vivienda, la salud pública y el transporte. Una ley que cambiará prácticamente por completo nuestro estilo de vida.

Según el proyecto de ley, hay varios pilares para la descarbonización y la consecución de los objetivos medioambientales. Entre ellos, están las energías renovables que deben acabar siendo la principal fuente de energía de todo consumo, el aumento de la eficiencia energética para poder hacer frente al reto de disminuir el consumo de energía primaria, y la flexibilización de la demanda de energía que debe hacer posible la integración de toda la producción renovable.

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