El Ayuntamiento de Madrid está ultimando el diseño de su propia zona de bajas emisiones. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, que llegó al Palacio de Cibeles con la promesa de terminar con Madrid Central con el argumento de que había que actuar en toda la ciudad porque "todo Madrid es central" impulsará restricciones para los vehículos en 17 calles en el entorno de la Plaza Elíptica, la entrada a la capital por el sur y uno de los puntos negros de la contaminación.

El área intervenida es 15 veces más pequeña que la zona de bajas emisiones planteada por la corporación de Manuela Carmena –que sigue en vigor– y únicamente limita el paso a los vehículos sin etiqueta ambiental, los gasolina matriculados antes del año 2000 y los diésel anteriores a 2006. Los residentes podrán circular sin restricciones en las 30 hectáreas afectadas (0,3 kilómetros cuadrados).

Los expertos saludan las restricciones anunciadas la semana pasada pero vaticinan que tendrán efectos muy limitados sobre la contaminación de la zona por el escaso tamaño y los limitados vehículos afectados.

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