Aunque los carburantes siguen siendo mucho más caros que el pasado verano –los consumidores están pagando ahora un 13,1% más por la gasolina de 95 y un 26,8% por el gasóleo que entonces-, la segunda operación salida del mes de agosto será más barata que la primera y los trayectos por carretera costarán menos que antes de la entrada en vigor de la bonificación de 20 céntimos por litro, que empezó a aplicarse el 1 de abril.

El 31 de marzo el litro de gasolina costaba, de media en Península y Baleares, 1,82 euros, y el de gasóleo, 1,85 euros. Tras casi dos meses a la baja, esos importes se sitúan hoy en 1,80 euros y 1,81 euros, sin tener en cuenta la bonificación. Si se tiene en cuenta, además, el precio de la gasolina ya iguala el importe que marcaba antes de que el estallido de la guerra en Ucrania provocase que se dispararan, aún más, los precios de los productos energéticos en los mercados internacionales, y por tanto, los precios al consumidor: 1,60 euros.

Sin embargo, según datos del Geoportal de Gasolineras del ministerio de Transición Ecológica, las oscilaciones de precios entre las más de diez mil estaciones de servicio de Península y Baleares siguen haciendo que repostar en una o en otra suponga muchos euros de diferencia: la gasolina de 95 pasa de marcar un precio mínimo de 1,58 euros/litro en una estación de servicio de Barcelona a 2,32 euros/litro en otra de Granada.

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