En un movimiento sin precedentes en la industria del automóvil, y sin ningún tipo de aviso previo, Stellantis estrenó el año 2022 con el anuncio del cese de producción de motores diésel a bordo de los monovolúmenes de la marca del León, de la de los dos chevrones y de la única alemana integrada en el conglomerado franco-italiano.

Los Peugeot Rifter, Citroën Berlingo y Opel Combo se veían privados de una de las mecánicas más vendidas regalando sus elevadas cifras de ventas directamente a una competencia que recibía a los clientes con los brazos más que abiertos. Dos años después de aquella «sabia» decisión de alguno de los consejeros más cercanos a Carlos Tavares, rectificaban y anunciaban su regreso al mercado aprovechando el lavado de cara recibido por estos monovolúmenes de Peugeot, Citroën y Opel.

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