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13 de Abril de 2022 | Categoría: EESS
Como todo español sabe, desde el 1 de abril por cada litro de combustible que cualquier ciudadano reposte en una gasolinera, el empresario que gestiona la misma le tiene que devolver 20 céntimos del precio que figure en el monolito y que es el que ha comunicado y se publica en el geoportal del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, del que dependen las cuestiones de energía.
La lástima es que los empresarios de estaciones de servicio nos hayamos enterado al mismo tiempo que el resto y que no se nos haya consultado en ningún momento para llevar esta medida a cabo.
No es cuestión de discutir si las medidas son las mejores que se podían tomar o no, son parecidas a las de otros países, como por ejemplo Francia, y nadie duda de que supone un ahorro para los bolsillos de los ciudadanos. La principal diferencia consiste en que, en Francia se tomaron con el tiempo suficiente para su ejecución y suponemos que les hicieron partícipes de las mismas a las empresas que tenían que llevarlas a cabo y, además, pondrían con antelación los medios, sobre todo económicos, que son necesarios para llevarlas a buen fin.
No parece comprensible que antes de poner en marcha estas medidas no se haya contado con nuestro sector. Ya demostramos durante la pandemia, donde se nos calificó como un servicio esencial, nuestra absoluta disposición para ayudar, aun costándonos unas pérdidas importantes. Nuestras empresas dan empleo a más de 50.000 trabajadores de forma directa y ellos también están sufriendo esta situación, teniendo que explicar a los clientes que realmente no saben cómo tienen que realizar su trabajo.
A fecha de hoy, todavía no hemos podido adaptar nuestros equipos informáticos para facturar según ordena Hacienda. Nuestros proveedores de programas para el normal desarrollo de nuestra actividad, que en muchos casos son importantes empresas, nos dicen que no es sencillo y que necesitan tiempo. Tiempo que no se nos ha dado y que luego nos pueden traer consecuencias no deseadas, como sanciones administrativas por no cumplir exactamente con unos requisitos que en algunos aspectos aún desconocemos.
Se nos ha ofrecido un anticipo, para hacer frente a la devolución de los 20 céntimos por litro a nuestros clientes, que es desde cualquier punto de vista que se mire absolutamente insuficiente. En primer lugar, porque se han tomado los datos de ventas del año 2021, cuando aún había muchas zonas de nuestro país con restricciones de movilidad y por lo tanto con unas ventas mucho menores de las habituales y en segundo lugar porque no se ha tenido en cuenta la estacionalidad de la Semana Santa, que es un pico de ventas que se produce todos los años y que este año coincide con el primer mes de aplicación de las medidas excepcionales tomadas en el RD 6/2022.
Seguimos tratando de resolver todas nuestras dudas sobre la aplicación del RD, producto no de las lagunas, si no de los océanos de vacíos que la normativa tiene. Agradecemos la buena voluntad de los funcionarios que tratan de resolverlos, pero nos da la impresión de que también a ellos les ha pillado todo esto fuera de juego.
Pero sin duda lo más acuciante y lo que quita el sueño a los empresarios del sector, que en buena parte son pymes y micropymes, empresas familiares en su mayoría, es la falta de liquidez que les produce el tener que devolver a cada cliente los 20 céntimos y que de media suponen 40.000 € mensuales. Como se ha dicho, los anticipos son claramente insuficientes y no cubrirán más allá del día 20 de abril como media, la devolución de lo adelantado en abril no se cobrará hasta por lo menos la primera semana de mayo en el mejor de los casos y siempre que no haya problemas en la presentación de la solicitud o en la documentación que tengamos que presentar, porque el plazo de pago que se autoimpone la administración llega hasta el 15 de junio. Confiamos en que esa solicitud se simplifique al máximo y se acepte la declaración responsable para la justificación de los litros vendidos, independientemente de que, a través de la CNMC, como establece el RD, se inspeccione posteriormente todo lo que la administración estime conveniente.
Desgraciadamente no será extraño que, de no tomar medidas, a finales de abril o principios de mayo nos encontremos con muchas gasolineras cerradas. Y no será por cierres patronales o por decisión voluntaria de los empresarios, será simplemente porque el gobierno las habrá quebrado.