Madrid lleva experimentando con los radares de emisiones desde 2018. Desde entonces el consistorio de la capital ha estado desarrollando un plan de implantación de medidores de contaminación que poco a poco va tomando forma. El plan está en su fase final, y culminará con la llegada de medidores ubicados en puntos estratégicos y que identificarán a los vehículos más contaminantes si sus niveles se colocan por encima de lo permitido para indicarles que han de pasar una ITV extra.

Hace cuatro años Madrid ya empezó a experimentar con instrumentos de medición de emisiones al por menor. El dispositivo en cuestión se llama RSD (Remote Sensing Device) y está confeccionado por la empresa española Opus RSE. El consistorio madrileño en palabras de Ángel Niño, concejal delegado de Innovación y Emprendimiento de Madrid, ha explicado que el proyecto se encuentra en una segunda fase de pruebas que se ha prolongado durante 36 días.

En este tiempo ha analizado a 67.388 vehículos, calculando sus emisiones y notificando el nivel de contaminación a los conductores mediante un panel luminoso que las calificaba según niveles bajo, medio y alto y la típica carita sonriente o triste en función del resultado para mayor dramatismo.

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