Víctor García Nebreda
La CNMC acaba de sacar un nuevo informe sobre el impacto de las estaciones sin personal en el sector de la venta minorista de hidrocarburos.
Una vez más, sorprende la parcialidad del informe y el poco rigor en el estudio global de la situación del mercado, llegando a una extraordinaria simpleza en los planteamientos.
El informe concluye en cuatro puntos fundamentales:

  1. 1. La apertura de gasolineras automáticas provoca bajada de precios en el conjunto del mercado.
  2. 2. Estas bajadas se pueden valorar en la Comunidad de Madrid entre 15 y 24 millones de €.
  3. 3. Existen fuertes barreras en la legislación estatal y autonómica para su implantación. Habla de nuevas barreras y propone eliminarlas.
  4. 4. España es uno de los países de la UE con menor implantación de este tipo de gasolineras.

Repasémoslos, aunque sea de manera rápida.
Evidentemente, las gasolineras sin personal tienen precios más bajos. La propia CNMC destaca que el “secreto” está en la formula mágica de cuanto menos personal, menos costes. Hay que reconocer que el planteamiento es sencillo y curiosamente el mismo que utilizan las empresas franquiciadoras de este tipo de instalaciones, prometen beneficios extraordinarios ya que sin personal no hay prácticamente costes.
Ya hemos hablado otras veces, de lo que supone tratar de abaratar los precios a costa de puestos de trabajo en un país donde el paro es el primer problema de los ciudadanos y debería serlo de todos los que pretender hacer una planificación económica. En todo caso nos remitimos a un informe del Consejo Económico Social del País Vasco, en el que entre otras cosas se dice que, por cada apertura de una estación de servicio automática se pierden 6 puestos de trabajo. Desgraciadamente las cifras de empleados en el sector constatan totalmente lo expresado en el informe. Por cierto, el informe también habla de la pérdida de derechos de los consumidores y del trato, o, mejor dicho, mal trato, a los derechos de los colectivos con capacidades diferentes.
En cuanto al segundo punto, simplemente unos datos:

  • • En la Comunidad de Madrid circulan más de 4 millones de vehículos en la actualidad.
  • • Si damos por buenas las cifras del informe de la CNMC, el ahorro por vehículo es de entre 4 y 6 € al año, es decir entre 30 y 50 céntimos de € al mes.

No cabe duda de que este gran ahorro salvará nuestra economía y potenciará el ahorro de las empresas y las familias, tan necesario para el desarrollo económico de nuestro país,
La tercera conclusión del informe si que es realmente sorprendente.
Habla la CNMC de las barreras que existen para la implantación de instalaciones sin personal, cuando se hizo una reforma de la Ley de Hidrocarburos que entraba en competencias exclusivas de las Comunidades Autónomas, como es el urbanismo, saltándose una sentencia de octubre del año 2012 del Tribunal Constitucional, en la que se declaró no constitucional el RD 6/2000 de liberalización del sector de hidrocarburos, que decía, en esencia, lo mismo que se legisló 4 meses después en febrero, en el RD 4/2013, antesala de la reforma legal que permitió poner gasolineras prácticamente en cualquier sitio, por encima de las planificaciones urbanísticas de las Comunidades y los Ayuntamientos.
Pero hay más, habla de nuevas barreras. Quizá se refiera a la normativa de seguridad industrial, o a la prohibición en algunas Comunidades de que este tipo de instalaciones funcionen cuando el viento supera los 20 km por hora, ya que los sistemas de extinción de incendios automáticos no garantizan su funcionamiento a partir de esa velocidad del viento.
Lo más sorprendente de todo, es que proponga la eliminación de todo tipo de barreras. Ya sabemos, casi todos, lo que la falta de regulación ha provocado en otros sectores y las consecuencias que ha traído y, sobre todo, desconcierta la irresponsable ligereza con la que la CNMC plantea problemas de seguridad industrial y por tanto de seguridad ciudadana.
La cuarta conclusión también es cuestión de cifras.
En España, según datos periodísticos de julio de este año, hay cerca de 2.000 instalaciones sin personal, sobre un total de unas 11.600, suponen, por tanto, el 17% aproximadamente. Supongamos que los datos no son del todo exactos y rebajemos ese número hasta las 1.500, lo que daría un porcentaje del 13%. Eso, comparativamente con otros países de la UE, supondría que en España la implantación es mayor que:

  • • Reino Unido 3%
  • • Polonia 3%
  • • Eslovaquia 2,5%
  • • Bulgaria 2,2%
  • • Italia 1%
  • • Francia 9%
  • • Austria 11%
  • • Alemania (prácticamente inexistentes)
  • • Portugal (por debajo del 5%)
  • • Grecia (por debajo del 5%)

Sólo en los países nórdicos y en Holanda y Bélgica, la implantación es mayor que en España.
Sólo nos queda recomendar que el próximo informe lo reduzca a la publicidad de una de las empresas franquiciadoras de estas instalaciones, que dice más o menos así:
“…en eso consiste la competencia, en hacer lo mismo con menos gente para ganar más…”