Shell registró pérdidas de 21.680 millones de dólares (18.083 millones de euros) en 2020, frente al beneficio neto de 15.842 millones de dólares (13.214 millones de euros) contabilizado el año anterior. Es la consecuencia del impacto multimillonario de las amortizaciones realizadas por el deterioro en el valor de activos de la compañía.

En concreto, la multinacional contabilizó un impacto adverso de 28.061 millones de dólares (23.402 millones de euros) por amortizaciones de activos. Contrasta con el cargo de 4.155 millones de dólares (3.465 millones de euros) asumido en 2019, incluyendo un ajuste negativo en la valoración de activos de 3.344 millones de dólares (2.789 millones de euros) en el cuarto trimestre de 2020.

El resultado atribuible a Shell a costes corrientes de suministro en el conjunto del pasado ejercicio arrojó pérdidas de 19.922 millones de dólares (16.617 millones de euros), frente a las ganancias de 15.270 millones de dólares (12.736 millones de euros) de 2019.

Puedes leer el artículo completo de Invertia/El Español a través de ESTE ENLACE.