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Neumáticos, líquidos, batería... es aconsejable comprobar el estado del coche antes de salir a la carretera. Cinco malos hábitos al volante que harán que tu coche se estropee. Un viaje de vacaciones es la prueba de fuego para el coche. FREEPIK Un viaje es una prueba de fuego para el coche. Por ello, antes de iniciar la marcha es aconsejable que revises el estado del vehículo si no quieres quedarte tirado en la carretera o llevarte una multa por tener una luz fundida. Según Race, la falta de mantenimiento genera averías en 1,7 millones de coches. Para evitar sustos o percances innecesarios desde la DGT recomiendan revisar los siguientes elementos: Neumáticos: son una pieza clave ya que están en contacto directo con el asfalto. Tienen que tener la presión adecuada que varía en función del vehículo y de la carga. Además, el dibujo debe tener 1,6 mm de profundidad, aunque los expertos aconsejan cambiarlos antes: 2,5 mm. Un truco para comprobar la profundidad es coger una moneda de un euro y colocarla sobre la rodadura. Si el borde dorado que rodea la moneda queda cubierto por la goma del neumático, significa que la rueda todavía tiene vida útil. Nivel de líquidos: limpiaparabrisas, aceite, líquido de frenos, refrigerante... para comprobar el nivel siempre hay que hacerlo con el motor en frío y con el coche en llano. Batería: la vida útil de la batería de un coche suele estar entre tres y cinco años. Hay que comprobar los bornes (bien ajustados y sin óxido), que el nivel sea el adecuado y que no haya fugas. Supensiones: mantienen el contacto entre las ruedas y el asfalto. Conviene comprobar que están en buen estado. Su vida útil es de 75.000 km. Luces: indispensables para ver y ser vistos. Deben funcionar todas (cruce, posición, intermitentes, freno...) y estar bien reguladas. Frenos: es aconsejable cambiar las pastillas de frenos a partir de los 25.000 km y revisar los discos. Climatizador: comprobar que el aire acondicionado funciona correctamente (filtro, gas...). Una temperatura inadecuada aumenta la fatiga del conductor. La temperatura idónea es de 22 a 24 grados. Además de revisar todos estos elementos, desde la DGT recomiendan que antes de ponerte en marcha te asegures que llevas la documentación (carné de conducir, tarjeta ITV, permiso de circulación...) y los elementos del coche que son obligatorios (rueda, triángulos, chaleco reflectante...).