Ya no queda rastro de esas mangueras que los cacos chupaban para vaciar los depósitos de gasolina. Los sistemas de los coches más nuevos han acabado con este viejo truco, pero no con los robos de combustible.

Los ladrones se han reinventado y, de hecho, tanto los hurtos de carburante como los sinpa se han disparado en las gasolineras, como lo han hecho los precios. Su nuevo recurso es pinchar los depósitos desde debajo del automóvil con un taladro y llevarse su contenido en una garrafa.

Los ladrones del río

Este tipo de delitos proliferan en lugares como los aparcamientos al aire libre. Es el caso del paseo Pollancreda, en Sant Adrià del Besòs. Los conductores que estacionan sus vehículos junto al río en este municipio barcelonés han sufrido esta situación en reiteradas ocasiones.

Volvió a ocurrir hace dos semanas, el viernes 20 de mayo a las tres de la tarde. "Una pareja ha pinchado el depósito y ha robado el gasóleo con una garrafa de agua", lamentan fuentes vecinales, que subrayan que no es la primera vez que este tipo de hurtos afectan a los coches aparcados en el paseo.

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